¡Kira Ora!
Primer día en Rotorua, seguramente la población más interesante que hemos pisado hasta la fecha por sus alternativas de ocio y sus espectaculares paisajes (bosques de sequoias inclusive). Nos hemos dado cuenta que un día se queda corto para esta localización, ¡así que haremos lo que podamos! (sí, podríamos haber cortado Auckland de dos días a medio día, lo sabemos)
Así que, tras mucho pensarlo y con recomendaciones del propietario del Lodge donde hemos dormido (Springwaters Rotorua, excepcional trato y servicios) hemos decidido realizar las siguientes paradas:
- Whakarewarewa (Whaka) Thermal Village, la única villa donde aún residen tribus maoríes
- Canopi Tour Rotorua, una excursión de tirolinas por un bosque vírgen
- Polinesian Spa, ¡son famosos aquí! Y no nos va mal un poco de relajación en aguas termales
- Redwood Forest, donde esperamos hacer una rápida visita a las sequoias neozelandesas
- Mitai Maori Village and Kiwi Tour, para aprender de la cultura maorí y conocer al animal insignia... ¡el Kiwi!
Hay otras muchas alternativas de interés en la ciudad, sobretodo en relación a la cultura Maorí. Muchas villas (como Mitai) ofrecen espectáculos Maoríes, aunque solo en Whaka residen actualmente. También hay muchas opciones de deportes de aventura y es una población estratégicamente situada para visitar hitos obligatorios del país como White Island o Waitomo Caves u otras ciudades interesantes como Tapua. ¡Y no nos olvidemos de Wai o Tapu -el parque volcánico- o el volcán Tongariro -Mordor-! Pero eso ya lo veremos los próximos días :-)
Por la mañana nos hemos dormido un poco... ¡pero para eso estamos de vacaciones! A las 8.30 hemos ido a desayunar, y es algo que me encanta cuando estamos en un Lodge, porqué conoces gente y distintos puntos de vista y además te recomiendas visitas. ¡Hoy no ha sido una excepción! Aunque éramos los más jovencitos. Entretanto, Jeff -el propietario del Lodge- nos ha reservado casi todas las actividades -con descuentos, sí-, lo cual ha sido muy práctico para el resto del día. La mayoría de visitas que hacemos requieren reserva previa, aunque sea el mismo día (Canopi, Mitai, Kiwi Tour).
La primera para ha sido Whakarewarewa (Whaka) Thermal Village, donde hemos llegado una hora más tarde de lo esperado. ¡Que no os ocurra a vosotros! Se necesitan unas 3 horas para verla bien y nosotros nos hemos tenido que apañar en 1 hora y media, pero nos ha encantado igual. La visita consiste en recorrer un poblado maorí del siglo XXI que vive en medio de una zona geotermal (sí, huele mucho a azufre), ver cómo aprovechan esta "ventaja" y entender su cultura, además de asistir a bailes maoríes y a una haka que muy a nuestro pasar no hemos podido presenciar (¡esta noche!). Desde la villa también se puede ver el Pohutu Geiser, una de las insígnias de Rotorua. La tribu que habita aquí son los Tuhourangi - Ngati Wahiao.
Como nos han bombardeado a información, os listo algunas de las curiosidades que me parecen interesantes:
Tras la rápida visita, hemos cambiado el 'chip' para hacer algo de deportes de aventura... ¡hoy toca un circuito de tirolinas! (Canopi Tours Rotorua) El circuito tiene lugar en la Dansey Road Scenic Reserve, un bosque nativo virgen (que nunca ha sido cortado). Tened en cuenta que la vegetación original de la isla es puramente selvática (nada de pinos, césped y demás cosas frecuentes en la isla). Los guías eran excepcionales (Scott y Liv) y es que además de la actividad nos han impregnado bien de la flora y la fauna del lugar, conociendo algunos pájaros locales (North Island Robin) o árboles y plantas (como el Rimu o el Silver Farm Tree, icónico en Nueva Zelanda y utilizado por las tribus para orientarse en la noche, puesto que el reverso plateado de la planta refleja la luz de la luna; hoy se lleva como signo de orgullo nacional... ¡incluido los All Blacks!). Toda esta fauna y flora está en "restauración", puesto que las plagas traídas por europeos, americanos y australianos habían generado la extinción de aves y plantas de la zona. Hablo de la Zarigüeya (traída en el 1837 por los australianos, devorador de plantas y huevos), de la Rata (traída por los europeos hace 250 años, máxima culpable de la extinción de cientos de pájaros) y el Hurón (traído en el 1880 para eliminar a los conejos, y que ha terminado llevando el Kiwi cerca de la extinción). Todos ellos son cazados. Antes de esta caza el bosque perdió casi todos los pájaros y gran parte de su flora y, a día de hoy, se oyen decenas de pájaros y la flora es está recuperando (sobretodo arbustos y pequeños árboles).
El circuito de tirolinas ha valido mucho la pena, y en cada uno de los saltos nos obligaban a hacer algo en particular: saltar de espaldas, hacer de "pájaros" o... ¡saltar del revés! Nos han tratado fenomenal y nos hemos pasado las tres horas gastándonos bromas (me llamaban the one and only Albert porqué me habían confundido con otro chico). Las tirolinas iban de 70 a 230 metros, llegando a saltar desde 50-60 metros y a alcanzar velocidades de 50-60KM/h. Con nosotros venía una turista alemana con un pulmón privilegiado que ha sido capaz de chillar a lo largo de todas las bajadas, ¡ha sido una gran experiencia! Y casi todo lo ingresado va destinado a financiar la restauración del bosque así que... ¡estamos encantados!
Tras la experiencia en los árboles hemos decidido pasarnos por el Polinesian Spa, famoso en la ciudad, que utiliza la zona geotermal y sus aguas y las abre al público. Aunque no hemos podido realizar ningún tratamiento (están reservados con días de antelación) nos hemos relajado en las piscinas de 36-42 grados. Además hemos disfrutado de las vistas a la bahía, donde el lago pasa de azul a blanco por la concentración de minerales en esa zona. Muy recomendable si queréis relajaros una hora o dos.
Antes de cenar, hemos decidido hacer una visita rápida al Redwood Forest. Aquí los árboles crecen tres veces más rápido que en el resto del mundo, por lo que se planta mucha vegetación para exportarla a todo el mundo. Las sequoias (sequoia sempervivens) en particular vienen de USA y, en este caso, no se talan, sino que se preservan como pulmón de la ciudad y como zona para hacer trekking, running, hiking y biking. Estos árboles pueden medir hasta 115 metros y 9 metros de diámetro, además de vivir más de 2000 años. Aunque las raíces no son profundas se conectan entre sí... ¡todos ellos! Tengo que decir que los de California eran más impresionantes (son más antiguos y aquí máximo miden 75 metros y 2 de diámetro) pero la visita ha sido preciosa. De hecho, hemos realizado un tour por las copas de los árboles que se pueden hacer en menos de una hora, y es que tienen construida una instalación que va de copa en copa (como los ewoks) y que se ilumina por la noche, ¡tiene que ser precioso! Hemos descubierto que los neozelandeses viven en el 3052 cuando hemos visto que construían cuchillo-cucharas (todo en uno) con el material reciclado de las kiwifruits (recordad, kiwi es una persona, kiwi animal es el animal emblemático y kiwi fruit es... la fruta, claro está).
La última parada del día ha sido para realizar la visita a la Mitai Maori Village y el Kiwi Tour. Aunque esta parada es más turística que la mañanera, es una buena oportunidad para aprender más de las tribus locales y su cultura. Primero nos han enseñado qué embarcaciones utilizaban para desplazarse (¡hasta 200-300 personas por barco!), cómo se desplazaban por los ríos en canoa y cómo cocinan la comida que cenaremos -de manera tradicional, con vapores geotermales-. Luego nos hemos desplazado al 'teatro' y hemos sido testigos de una simulación de la vida hace más de 100 años, disfrutando de varios bailes tribales -haka inclusive- así como de explicaciones de cómo llegaron a la isla, qué utensilios y sistemas utilizaban para mantenerse en forma (como el poi, similar a las boleadores argentinas), focalizarse o sincronizarse y, finalmente, qué instrumentos musicales y armas utilizaban (como el koi koi, el patu o la taiaha, diferentes tipos de bates y lanzas). Tras el espectáculo hemos comido -como cerdos- el pollo y cerdo cocinado al vapor con diferentes elaboraciones de verduras, con la compañía de unos turistas argentinos muy amables con los que hemos compartido experiencias de viaje.
Al finalizar nos han venido a buscar para empezar el Kiwi Tour, que nos ha llevado al centro de conservación local colindante a la tribu Mitai (Rainbow Springs Nature Park), que conservan animales para asegurar su preservación hasta que son adultos, para luego soltarlos. El guía ha aprovechado para enseñarnos otros animales característicos de Nueva Zelanda. Primero unos pequeños dragones (Tuatata) que viven hasta 300 años y que pueden decelerar su metabolismo para no tener que alimentarse en 6 meses... ¡cuando esto ocurre respiran una vez por hora!. Luego hemos visitado la zona de aves (p.ej. el Koa) y la de peces, viendo las truchas tigre de más de un metro, que aunque son caníbales no se devoran entre sí porqué las mantienen bien alimentadas (de ahí que las conserven hasta alcanzar la madurez). ¿Y el Kiwi? Aunque os adjuntaré alguna foto más abajo, no será mía porqué este es un animal nocturno y la luz está prohibidísima al verlos puesto que se asustan y 'corromperíamos' su medio ambiente. Se trata de un ave muy cercana a los mamíferos, con alas pero que no vuela, con huesos rellenos (al contrario que las aves) y con unas fuertes patas que le permiten correr muy rápidamente, además de un pico alargado. De hecho se defiende de los predadores con las patas (tiene uñas afiladas) o bien huyendo. Son muy difíciles de ver en libertad, y la hembra es mucho más grande que el macho. Ésta pone huevos tamaño 'puño' y emigra, dejando al padre la labor de cuidarlos durante 2 meses y medio para luego... también desaparecer. La población de Kiwis en la isla se ha visto reducida de 12 millones a 70.000 por culpa de las zarigüeyas, principalmente, por eso ahora se preservan con cuidado aunque se pueden encontrar en la naturaleza.
Así que nos hemos adentrado en el 'bosque de kiwis'... ¡y los he encontrado yo! Cuestan mucho de ver en la oscuridad y además son muy silenciosos, pero hemos tenido un par de buenos planos donde los hemos podido ver con cuidado, teniendo la fortuna de ver una hembra que es más bonita. A mí me ha parecido un espectáculo y me siento afortunado de haberlos visto, sabiendo que muchos neozelandeses no han visto nunca a su pájaro insignia.
¡Y con esto os dejamos por hoy! Ha sido un día intenso y lleno de actividades pero por ello uno de los días más divertidos que nos quedarán en la memoria de esta luna de miel. Y mañana... ¡nos toca visitar el parque geotermal más importante de la isla! (Wai-O-Tepu)
¡Un abrazo!
Primer día en Rotorua, seguramente la población más interesante que hemos pisado hasta la fecha por sus alternativas de ocio y sus espectaculares paisajes (bosques de sequoias inclusive). Nos hemos dado cuenta que un día se queda corto para esta localización, ¡así que haremos lo que podamos! (sí, podríamos haber cortado Auckland de dos días a medio día, lo sabemos)
Así que, tras mucho pensarlo y con recomendaciones del propietario del Lodge donde hemos dormido (Springwaters Rotorua, excepcional trato y servicios) hemos decidido realizar las siguientes paradas:
- Whakarewarewa (Whaka) Thermal Village, la única villa donde aún residen tribus maoríes
- Canopi Tour Rotorua, una excursión de tirolinas por un bosque vírgen
- Polinesian Spa, ¡son famosos aquí! Y no nos va mal un poco de relajación en aguas termales
- Redwood Forest, donde esperamos hacer una rápida visita a las sequoias neozelandesas
- Mitai Maori Village and Kiwi Tour, para aprender de la cultura maorí y conocer al animal insignia... ¡el Kiwi!
Hay otras muchas alternativas de interés en la ciudad, sobretodo en relación a la cultura Maorí. Muchas villas (como Mitai) ofrecen espectáculos Maoríes, aunque solo en Whaka residen actualmente. También hay muchas opciones de deportes de aventura y es una población estratégicamente situada para visitar hitos obligatorios del país como White Island o Waitomo Caves u otras ciudades interesantes como Tapua. ¡Y no nos olvidemos de Wai o Tapu -el parque volcánico- o el volcán Tongariro -Mordor-! Pero eso ya lo veremos los próximos días :-)
Fuente: http://www.rotorualakescouncil.nz/our-council/news/Pages/default.aspx?newsItem=7087
Por la mañana nos hemos dormido un poco... ¡pero para eso estamos de vacaciones! A las 8.30 hemos ido a desayunar, y es algo que me encanta cuando estamos en un Lodge, porqué conoces gente y distintos puntos de vista y además te recomiendas visitas. ¡Hoy no ha sido una excepción! Aunque éramos los más jovencitos. Entretanto, Jeff -el propietario del Lodge- nos ha reservado casi todas las actividades -con descuentos, sí-, lo cual ha sido muy práctico para el resto del día. La mayoría de visitas que hacemos requieren reserva previa, aunque sea el mismo día (Canopi, Mitai, Kiwi Tour).
La primera para ha sido Whakarewarewa (Whaka) Thermal Village, donde hemos llegado una hora más tarde de lo esperado. ¡Que no os ocurra a vosotros! Se necesitan unas 3 horas para verla bien y nosotros nos hemos tenido que apañar en 1 hora y media, pero nos ha encantado igual. La visita consiste en recorrer un poblado maorí del siglo XXI que vive en medio de una zona geotermal (sí, huele mucho a azufre), ver cómo aprovechan esta "ventaja" y entender su cultura, además de asistir a bailes maoríes y a una haka que muy a nuestro pasar no hemos podido presenciar (¡esta noche!). Desde la villa también se puede ver el Pohutu Geiser, una de las insígnias de Rotorua. La tribu que habita aquí son los Tuhourangi - Ngati Wahiao.
Como nos han bombardeado a información, os listo algunas de las curiosidades que me parecen interesantes:
- Actualmente viven en residencias familiares convencionales, aunque en el pasado sí vivían en cabañas. Utilizan el entorno geotermal para todo: cocinar, baños, calefacción... aunque también se benefician de la electricidad y las cocinas convencionales. No pueden construir más viviendas por el suelo, que es monitorizado por científicos diariamente puesto que toda la actividad geotermal de la isla (y mundialmente) está conectada y en Whaka hay buenos indicadores de futuros acontecimientos (p.ej. cuando el agua hierve donde no hervía en el pasado).
- Aún mantienen sus tradiciones pasadas, incluyendo la Welcome House, donde se celebran funerales presenciados por todo el pueblo y culminados con danzas y una haka para despedir al difunto. Son muy religiosos y coexisten la religión cristiana y la anglicana.
- En el pasado sólo se transmitía conocimiento oralmente (incluyendo canciones) o bien a través de artesanía de madera, tótems y sus marcas. También se tatuaban en función de sus logros en la vida (más tatoos, más logros, era el CV de la época) aunque a las mujeres solo se les permitían tatuarse los labios y el mentón puesto que se suponía que eran las responsables de educar a la progenie.
- Respetan mucho la vida y la muerte, representando la vida con 3 dedos (nacimiento, vida y muerte) y la muerte con 2 dedos (vida tras de la muerte). Cuando bailan mueven continuamente las manos para indicar la vida, puesto que la rigidez la relacionan con la muerte. También bailan con la palma de las manos mirando hacia abajo para tener rápido acceso a las armas en caso de necesitarlo. Los 'curas' maoríes se representan con dos lenguas por hablar la lengua de la vida y de la muerte.
- La cocción de comida en las zonas termales es algo diario y también lo hacen para los turistas. Las aguas están a 70-180 grados y los gases (steams) los utilizan para cocinar al vapor durante horas... ¡es perfecto, la comida nunca se quema y no pierde sabor! También las utilizan de spa, aunque el agua estaba hirviendo y nos ha chocado que se pudieran meter sin escaldarse... ¡y el suelo está caliente!
Tras la rápida visita, hemos cambiado el 'chip' para hacer algo de deportes de aventura... ¡hoy toca un circuito de tirolinas! (Canopi Tours Rotorua) El circuito tiene lugar en la Dansey Road Scenic Reserve, un bosque nativo virgen (que nunca ha sido cortado). Tened en cuenta que la vegetación original de la isla es puramente selvática (nada de pinos, césped y demás cosas frecuentes en la isla). Los guías eran excepcionales (Scott y Liv) y es que además de la actividad nos han impregnado bien de la flora y la fauna del lugar, conociendo algunos pájaros locales (North Island Robin) o árboles y plantas (como el Rimu o el Silver Farm Tree, icónico en Nueva Zelanda y utilizado por las tribus para orientarse en la noche, puesto que el reverso plateado de la planta refleja la luz de la luna; hoy se lleva como signo de orgullo nacional... ¡incluido los All Blacks!). Toda esta fauna y flora está en "restauración", puesto que las plagas traídas por europeos, americanos y australianos habían generado la extinción de aves y plantas de la zona. Hablo de la Zarigüeya (traída en el 1837 por los australianos, devorador de plantas y huevos), de la Rata (traída por los europeos hace 250 años, máxima culpable de la extinción de cientos de pájaros) y el Hurón (traído en el 1880 para eliminar a los conejos, y que ha terminado llevando el Kiwi cerca de la extinción). Todos ellos son cazados. Antes de esta caza el bosque perdió casi todos los pájaros y gran parte de su flora y, a día de hoy, se oyen decenas de pájaros y la flora es está recuperando (sobretodo arbustos y pequeños árboles).
El circuito de tirolinas ha valido mucho la pena, y en cada uno de los saltos nos obligaban a hacer algo en particular: saltar de espaldas, hacer de "pájaros" o... ¡saltar del revés! Nos han tratado fenomenal y nos hemos pasado las tres horas gastándonos bromas (me llamaban the one and only Albert porqué me habían confundido con otro chico). Las tirolinas iban de 70 a 230 metros, llegando a saltar desde 50-60 metros y a alcanzar velocidades de 50-60KM/h. Con nosotros venía una turista alemana con un pulmón privilegiado que ha sido capaz de chillar a lo largo de todas las bajadas, ¡ha sido una gran experiencia! Y casi todo lo ingresado va destinado a financiar la restauración del bosque así que... ¡estamos encantados!
Tras la experiencia en los árboles hemos decidido pasarnos por el Polinesian Spa, famoso en la ciudad, que utiliza la zona geotermal y sus aguas y las abre al público. Aunque no hemos podido realizar ningún tratamiento (están reservados con días de antelación) nos hemos relajado en las piscinas de 36-42 grados. Además hemos disfrutado de las vistas a la bahía, donde el lago pasa de azul a blanco por la concentración de minerales en esa zona. Muy recomendable si queréis relajaros una hora o dos.
Antes de cenar, hemos decidido hacer una visita rápida al Redwood Forest. Aquí los árboles crecen tres veces más rápido que en el resto del mundo, por lo que se planta mucha vegetación para exportarla a todo el mundo. Las sequoias (sequoia sempervivens) en particular vienen de USA y, en este caso, no se talan, sino que se preservan como pulmón de la ciudad y como zona para hacer trekking, running, hiking y biking. Estos árboles pueden medir hasta 115 metros y 9 metros de diámetro, además de vivir más de 2000 años. Aunque las raíces no son profundas se conectan entre sí... ¡todos ellos! Tengo que decir que los de California eran más impresionantes (son más antiguos y aquí máximo miden 75 metros y 2 de diámetro) pero la visita ha sido preciosa. De hecho, hemos realizado un tour por las copas de los árboles que se pueden hacer en menos de una hora, y es que tienen construida una instalación que va de copa en copa (como los ewoks) y que se ilumina por la noche, ¡tiene que ser precioso! Hemos descubierto que los neozelandeses viven en el 3052 cuando hemos visto que construían cuchillo-cucharas (todo en uno) con el material reciclado de las kiwifruits (recordad, kiwi es una persona, kiwi animal es el animal emblemático y kiwi fruit es... la fruta, claro está).
La última parada del día ha sido para realizar la visita a la Mitai Maori Village y el Kiwi Tour. Aunque esta parada es más turística que la mañanera, es una buena oportunidad para aprender más de las tribus locales y su cultura. Primero nos han enseñado qué embarcaciones utilizaban para desplazarse (¡hasta 200-300 personas por barco!), cómo se desplazaban por los ríos en canoa y cómo cocinan la comida que cenaremos -de manera tradicional, con vapores geotermales-. Luego nos hemos desplazado al 'teatro' y hemos sido testigos de una simulación de la vida hace más de 100 años, disfrutando de varios bailes tribales -haka inclusive- así como de explicaciones de cómo llegaron a la isla, qué utensilios y sistemas utilizaban para mantenerse en forma (como el poi, similar a las boleadores argentinas), focalizarse o sincronizarse y, finalmente, qué instrumentos musicales y armas utilizaban (como el koi koi, el patu o la taiaha, diferentes tipos de bates y lanzas). Tras el espectáculo hemos comido -como cerdos- el pollo y cerdo cocinado al vapor con diferentes elaboraciones de verduras, con la compañía de unos turistas argentinos muy amables con los que hemos compartido experiencias de viaje.
Al finalizar nos han venido a buscar para empezar el Kiwi Tour, que nos ha llevado al centro de conservación local colindante a la tribu Mitai (Rainbow Springs Nature Park), que conservan animales para asegurar su preservación hasta que son adultos, para luego soltarlos. El guía ha aprovechado para enseñarnos otros animales característicos de Nueva Zelanda. Primero unos pequeños dragones (Tuatata) que viven hasta 300 años y que pueden decelerar su metabolismo para no tener que alimentarse en 6 meses... ¡cuando esto ocurre respiran una vez por hora!. Luego hemos visitado la zona de aves (p.ej. el Koa) y la de peces, viendo las truchas tigre de más de un metro, que aunque son caníbales no se devoran entre sí porqué las mantienen bien alimentadas (de ahí que las conserven hasta alcanzar la madurez). ¿Y el Kiwi? Aunque os adjuntaré alguna foto más abajo, no será mía porqué este es un animal nocturno y la luz está prohibidísima al verlos puesto que se asustan y 'corromperíamos' su medio ambiente. Se trata de un ave muy cercana a los mamíferos, con alas pero que no vuela, con huesos rellenos (al contrario que las aves) y con unas fuertes patas que le permiten correr muy rápidamente, además de un pico alargado. De hecho se defiende de los predadores con las patas (tiene uñas afiladas) o bien huyendo. Son muy difíciles de ver en libertad, y la hembra es mucho más grande que el macho. Ésta pone huevos tamaño 'puño' y emigra, dejando al padre la labor de cuidarlos durante 2 meses y medio para luego... también desaparecer. La población de Kiwis en la isla se ha visto reducida de 12 millones a 70.000 por culpa de las zarigüeyas, principalmente, por eso ahora se preservan con cuidado aunque se pueden encontrar en la naturaleza.
Fuente: http://www.naturalezacuriosa.com/el-kiwi-un-ave-con-bigotes-y-sin-alas/
Así que nos hemos adentrado en el 'bosque de kiwis'... ¡y los he encontrado yo! Cuestan mucho de ver en la oscuridad y además son muy silenciosos, pero hemos tenido un par de buenos planos donde los hemos podido ver con cuidado, teniendo la fortuna de ver una hembra que es más bonita. A mí me ha parecido un espectáculo y me siento afortunado de haberlos visto, sabiendo que muchos neozelandeses no han visto nunca a su pájaro insignia.
¡Y con esto os dejamos por hoy! Ha sido un día intenso y lleno de actividades pero por ello uno de los días más divertidos que nos quedarán en la memoria de esta luna de miel. Y mañana... ¡nos toca visitar el parque geotermal más importante de la isla! (Wai-O-Tepu)
¡Un abrazo!
Me gusta tocar las secuelas en el Montseny, con la corteza tan blandita y acogedora, Hay una ruta q empiezan los manzanos (crap Apple) después las hayas (beech), junto los acebos (Holly) Siguen las secuelas, luego robles ( oak) y por fin el castaño (sweet chesnud) Cada tramo del bosque es especial , cuando conoces las flores de Bach entiendes el significado del orden y como están relacionados entre sí.
ResponderEliminar.
Como no quiero extenderme, solo comentar q las secuelas son como flechas q apuntan al cielo. A la vez q en la tierra crean un espacio totalmente relajante. Por tanto son ying/Yang
Leyendo vuestro relato de hoy, me ha hecho pensar en auténticos chamanes. Con respeto por la naturaleza aprovechando todos los recursos que ella os brindaba. Y al final se ha dejado ver un kiwi, es para saltar de alegría. Porque es algo que no se puede forzar.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho las actividades de que habéis contado hoy. Seguramente que las secuellas del Montseny os parecerán una miniatura con este magnífico bosque que habéis visitado. Pero las tenemos cerca y siempre podemos visitarlas.
¡Ha sido un día fantástico y muy variado! No sabía que en el Montseny había sequoias, ¡justo ahora lo leía! Ya iremos un día a verlas, a ver :)
EliminarSobre los Kiwis... justo ayer fuimos a ver kiwis en estado salvaje, y son MUCHO más complicados de ver. ¡Pero valió la pena! En un par de día lo posteo.
¡Un beso!
🍍🌿🌲🍁🍏 fet!!
EliminarInteresante visitar a los Maoris y disfrutar de una haka de bienvenida y ver la moka de los guerreros. Y que bendición poder ver el kiwi ,esa ave tan extraña mitad mamíferos. Desconocía que estaba en peligro de extinción y que su población se había reducido tan drásticamente. En fin , es una tierra mágica y maravillosa que algún día me gustaría conocer.
ResponderEliminarLlama la atención la cantidad de turistas que hay en todos los sitios- ,pensaba que casi casi estarías solos😘😘