¡Buenos días!
¡Por fin empieza nuestra aventura! Tras un largo día de preparación y 'resaca post-boda' nos hemos embarcado en un largo trayecto en avión hacia Nueva Zelanda. Para los que no habéis volado hasta allí, sabed que se tarda unas 24hrs en llegar: 6-7hrs de Barcelona a Dubai y 16hrs más de Dubai a Auckland. Ya sabéis que no me entusiasman los aviones, y además esta vez no he podido dormir bien... Noemí, en cambio, ha conciliado el sueño fácilmente cual querubín... ¡nos hemos cambiado las tornas!
Hemos llegado a Auckland a las 11hrs con un importante desfase horario (+12HRS vs. Barcelona), y con las energías mermadas para afrontar grandes caminatas o ambiciosas aventuras. La agencia ha organizado nuestro transporte desde el aeropuerto al hotel, lo que ha dado pie a que Dante, nuestro conductor argentino, nos explique algunas historias interesantes sobre el país y la ciudad:
- Auckland se conoce por el nombre aborígen de Tamaki, la ciudad de los 100 amantes. No es el amor lo que da nombre a la metrópoli sino el hebho de que las tribus se peleaban una tras otra por el control del puerto. Es la localidad más grande de Nueva Zelanda con 1.6 millones de habitantes, si bien no es la capital (lo es Wellington).
- Auckland se haya en la isla norte, mayormente volcánica y con mucha vegetación. La isla sur es completamente diferente, con deshielos que han generado montañas jóvenes, poca vegetación y muchos lagos. A pesar de que Nueva Zelanda es muy restrictiva con la entrada de fauna/flora, muchos de los árboles que pueblan la isla son importados. De hecho sno importantes exportadores de pinos, otro árbol importado. Por lo que nos han dicho la madera madura el doble de rápido que en europa (en los alpes tarda 25 años).
- Nuestro hotel se encuentra en Albert street, ¡mi tocayo! Pero no es lo único que se llama Albert aquí. Parques y otras famosas localizaciones se llaman así, por lo que me siento fuertemente identificado con este país, jejeje. Como podréis imaginar esto se debe a la colonización de los ingleses, por lo que hay la dosis correspondientes de parques/calles con "Queen", "Victoria" y demás nombres típicos.
- El terreno es fuertemente irregular, por ser volcánico, y muy fértil. Este hecho sumado a las continuadas precipitaciones hacen de este país un paraíso verde: todo crece y crece rápido. De aquí que en los parques se pueda pisar el cesped y que no suela haber demasiadas restricciones que se apliquen para prevenir el deterioro natural (más allá de cazas de conejos y otras medidas puntuales).
- Los maoríes no han tenido nunca una cultura muy rica e incorporaron muchas cosas de los ingleses, incluído vocabulario. Ellos transmitían las historias oralmente (no de forma escrita) y normalmente en forma de historias de carácter mitológico. Los maoríes eran guerreros y tienen un fuerte componente musical.
- El Kiwi es también una fruta importada (chinese gustberry) que se diseñó genéticamente para eliminar el sabor amargo, hasta alcanzar el actual Kiwi que conocemos hoy en día. Se llama así por su similitud con el animal, originario de esta isla (color, vellaje, etc).
- ¡Importante! Si alguna vez venís a Nueva Zelanda, ¡pillad siempre un abrigo! El tiempo cambia rápido de soleado a lluvioso y el viento es una de las constantes de nuestra visita a Auckland. Noe siempre llevaba un abrigo a mano para resguardarse del frío y yo hacía lo ídem con un cortavientos.
- Detalle curioso: en los billetes de 10 dólares neozelandeses aparece el primer escalador documentado que escaló el Everest. Se trata de un detalle histórico importante para el país, especialmente porqué tuvo lugar a la vez que la coronación inglesa (por lo que he entendido).
Al llegar al hotel hemos recogido rápido para iniciar nuestra ruta de tarde. ¿Y a qué hemos dedicado el primer día? Pues la ruta definida ha sido la siguiente, cercando el centro y el hotel:
- Wynyard Quarter
- Britomart
- Albert Park
- Queen Street
- Sky Tower
Nuestra primera parada ha sido el Wynyard Quarter, que básicamente es un muelle con comercios y restaurantes, similar a lo que podría ser el Maremágnum de Barcelona pero a la americana (o neozelandesa). Desde allí se puede observar bien el skyline de Auckland, que básicamente se distingue por la Sky Tower. Y es que Auckland es una ciudad bonita de caminar, pero con pocas cosas que ver y pocos edificios emblemáticos en el horizonte. Hemos decidido comer en un restaurante asiático para reponer fuerzas (y cafeína/teína) para luego pasear por la zona. Se suponía que veríamos graffities y construcciones modernas, pero sólo hemos visto lo segundo. También nos hemos encontrado con gente disfrazada de Halloween a la que hemos ofrecido un buen selfie... ¡sólo faltaría! En esa zona también hemos encontrado paradas de pescado fresco (es donde está la lonja).
Luego nos hemos desplazado al área de Britomart, paseando en los alrededores de la estación y viendo más tiendas y comercios, además de pasar por la estación de ferries a la que volveremos mañana. Poco más a ver en esta zona.
La siguiente visita ha sido Albert's Park (no haré más chistes, lo prometo). Aunque es bonito, no es comparable a ningún gran parque americano, australiano o inglés, pero ha estado bien pasear bajo el sol y disfrutar de la zona de relax del ciudadano de Auckland. Noemí ha aprovechado para grabar las primeras 'stories' con Herbie, que amenaza con volver a ser un gran protagonista del viaje.
Finalmente nos hemos dejado caer por la Sky Tower, que nos ha proporcionado unas grandes vistas de la segunda capital neozelandesa. Tras realizar el reportaje fotográfico habitual, hemos vuelto al hotel para relajarnos y cenar.
En la habitación nos esperaba una sorpresa (que he pactado con el hotel). ¡Y es que hoy cumplimos 10 años de relación! Así que he organizado que traigan unos dulces y un cocktail previo a la cena para disfrutarlo juntos. Mientras Noe descansaba en la habitación yo he aprovechado para disfrutar del spa del hotel y luego hemos bajado a cenar juntos en el japonés teppanyaki que se encuentra dentro del recinto. La comida era correcta (aunque no espectacular) pero el cocinero ha sido bastante divertido y se ha entretenido haciéndonos bromas y figuras sobre nuestra luna de miel (haciendo alguna falta de ortografía que no nos hemos atrevido a corregir, jejeje... y es que siempre me surge la duda, si escribe algo mal en castellano, ¿se lo diríais o no?).
Con esto hemos dado por terminado el día con muuuucho sueño a las espaldas, por lo que meterse en la cama ha sido todo un placer :-)
¡Un abrazo y hasta mañana!
¡Por fin empieza nuestra aventura! Tras un largo día de preparación y 'resaca post-boda' nos hemos embarcado en un largo trayecto en avión hacia Nueva Zelanda. Para los que no habéis volado hasta allí, sabed que se tarda unas 24hrs en llegar: 6-7hrs de Barcelona a Dubai y 16hrs más de Dubai a Auckland. Ya sabéis que no me entusiasman los aviones, y además esta vez no he podido dormir bien... Noemí, en cambio, ha conciliado el sueño fácilmente cual querubín... ¡nos hemos cambiado las tornas!
Hemos llegado a Auckland a las 11hrs con un importante desfase horario (+12HRS vs. Barcelona), y con las energías mermadas para afrontar grandes caminatas o ambiciosas aventuras. La agencia ha organizado nuestro transporte desde el aeropuerto al hotel, lo que ha dado pie a que Dante, nuestro conductor argentino, nos explique algunas historias interesantes sobre el país y la ciudad:
- Auckland se conoce por el nombre aborígen de Tamaki, la ciudad de los 100 amantes. No es el amor lo que da nombre a la metrópoli sino el hebho de que las tribus se peleaban una tras otra por el control del puerto. Es la localidad más grande de Nueva Zelanda con 1.6 millones de habitantes, si bien no es la capital (lo es Wellington).
- Auckland se haya en la isla norte, mayormente volcánica y con mucha vegetación. La isla sur es completamente diferente, con deshielos que han generado montañas jóvenes, poca vegetación y muchos lagos. A pesar de que Nueva Zelanda es muy restrictiva con la entrada de fauna/flora, muchos de los árboles que pueblan la isla son importados. De hecho sno importantes exportadores de pinos, otro árbol importado. Por lo que nos han dicho la madera madura el doble de rápido que en europa (en los alpes tarda 25 años).
- Nuestro hotel se encuentra en Albert street, ¡mi tocayo! Pero no es lo único que se llama Albert aquí. Parques y otras famosas localizaciones se llaman así, por lo que me siento fuertemente identificado con este país, jejeje. Como podréis imaginar esto se debe a la colonización de los ingleses, por lo que hay la dosis correspondientes de parques/calles con "Queen", "Victoria" y demás nombres típicos.
- El terreno es fuertemente irregular, por ser volcánico, y muy fértil. Este hecho sumado a las continuadas precipitaciones hacen de este país un paraíso verde: todo crece y crece rápido. De aquí que en los parques se pueda pisar el cesped y que no suela haber demasiadas restricciones que se apliquen para prevenir el deterioro natural (más allá de cazas de conejos y otras medidas puntuales).
- Los maoríes no han tenido nunca una cultura muy rica e incorporaron muchas cosas de los ingleses, incluído vocabulario. Ellos transmitían las historias oralmente (no de forma escrita) y normalmente en forma de historias de carácter mitológico. Los maoríes eran guerreros y tienen un fuerte componente musical.
- El Kiwi es también una fruta importada (chinese gustberry) que se diseñó genéticamente para eliminar el sabor amargo, hasta alcanzar el actual Kiwi que conocemos hoy en día. Se llama así por su similitud con el animal, originario de esta isla (color, vellaje, etc).
- ¡Importante! Si alguna vez venís a Nueva Zelanda, ¡pillad siempre un abrigo! El tiempo cambia rápido de soleado a lluvioso y el viento es una de las constantes de nuestra visita a Auckland. Noe siempre llevaba un abrigo a mano para resguardarse del frío y yo hacía lo ídem con un cortavientos.
- Detalle curioso: en los billetes de 10 dólares neozelandeses aparece el primer escalador documentado que escaló el Everest. Se trata de un detalle histórico importante para el país, especialmente porqué tuvo lugar a la vez que la coronación inglesa (por lo que he entendido).
Al llegar al hotel hemos recogido rápido para iniciar nuestra ruta de tarde. ¿Y a qué hemos dedicado el primer día? Pues la ruta definida ha sido la siguiente, cercando el centro y el hotel:
- Wynyard Quarter
- Britomart
- Albert Park
- Queen Street
- Sky Tower
Nuestra primera parada ha sido el Wynyard Quarter, que básicamente es un muelle con comercios y restaurantes, similar a lo que podría ser el Maremágnum de Barcelona pero a la americana (o neozelandesa). Desde allí se puede observar bien el skyline de Auckland, que básicamente se distingue por la Sky Tower. Y es que Auckland es una ciudad bonita de caminar, pero con pocas cosas que ver y pocos edificios emblemáticos en el horizonte. Hemos decidido comer en un restaurante asiático para reponer fuerzas (y cafeína/teína) para luego pasear por la zona. Se suponía que veríamos graffities y construcciones modernas, pero sólo hemos visto lo segundo. También nos hemos encontrado con gente disfrazada de Halloween a la que hemos ofrecido un buen selfie... ¡sólo faltaría! En esa zona también hemos encontrado paradas de pescado fresco (es donde está la lonja).
Luego nos hemos desplazado al área de Britomart, paseando en los alrededores de la estación y viendo más tiendas y comercios, además de pasar por la estación de ferries a la que volveremos mañana. Poco más a ver en esta zona.
La siguiente visita ha sido Albert's Park (no haré más chistes, lo prometo). Aunque es bonito, no es comparable a ningún gran parque americano, australiano o inglés, pero ha estado bien pasear bajo el sol y disfrutar de la zona de relax del ciudadano de Auckland. Noemí ha aprovechado para grabar las primeras 'stories' con Herbie, que amenaza con volver a ser un gran protagonista del viaje.
Finalmente nos hemos dejado caer por la Sky Tower, que nos ha proporcionado unas grandes vistas de la segunda capital neozelandesa. Tras realizar el reportaje fotográfico habitual, hemos vuelto al hotel para relajarnos y cenar.
En la habitación nos esperaba una sorpresa (que he pactado con el hotel). ¡Y es que hoy cumplimos 10 años de relación! Así que he organizado que traigan unos dulces y un cocktail previo a la cena para disfrutarlo juntos. Mientras Noe descansaba en la habitación yo he aprovechado para disfrutar del spa del hotel y luego hemos bajado a cenar juntos en el japonés teppanyaki que se encuentra dentro del recinto. La comida era correcta (aunque no espectacular) pero el cocinero ha sido bastante divertido y se ha entretenido haciéndonos bromas y figuras sobre nuestra luna de miel (haciendo alguna falta de ortografía que no nos hemos atrevido a corregir, jejeje... y es que siempre me surge la duda, si escribe algo mal en castellano, ¿se lo diríais o no?).
Con esto hemos dado por terminado el día con muuuucho sueño a las espaldas, por lo que meterse en la cama ha sido todo un placer :-)
¡Un abrazo y hasta mañana!
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