lunes, 13 de noviembre de 2017

Día 11- Coromandel (II)

¡Buenos días desde Kuaotunu!

Hoy nos levantamos por primera vez en Nueva Zelanda desde que volvimos de la Polinesia Francesa. El objetivo del día es conocer la región de Coromandel, que a pesar de tener nombre de Pokémon se trata de una de las regiones del noreste de la Isla Norte. La ruta planificada -circular- es la siguiente:

- Playas de Otama y Opito
- Coromandel y Driving Creek Railway
- Ruta por la 309
- Haihey y la Cathedral Cove
- Hot Water Beach

Aunque lo he añadido como parte de la ruta (por ser una recomendación de Lorraine) hemos empezado dirigiéndonos a Coromandel, por parecernos que íbamos algo justos de tiempo. La realidad es que desde Kuaotunu a Coromandel hay poco más de 30 minutos y los tours de Driving Creek no empiezan antes de las 10, así que seguramente nos hubiera dado tiempo y es una recomendación que dejamos a aquellos que viajéis a Nueva Zelanda en el futuro, por tratarse de playas no turísticas que aparentemente vale la pena visitar y caminar. Una vez en Coromandel hemos visitado la oficina de turismo, reservando nuestras visita al Driving Creek Railway desde allí. Como nos ha tocado esperar algo más de una hora hemos aprovechado para hacer algunas compras (comeremos en ruta) y visitar una escuela y exposición locales (visita que os podéis ahorrar pero que ha estado correcta para invertir el tiempo ocioso).



Luego nos hemos desplazado a Driving Creek Railway. La (muy original) experiencia consiste en subir a un micro-tren (de dos personas de ancho) y visitar durante algo más de una hora un circuito ferroviario de 3Km construido en la cresta de una montaña hasta llegar a la cúspide, donde hay una torre (Eyefull Tower) que ofrece unas vistas espectaculares de la zona. La linea la construyó Barry Brickwell tras adquirir una propiedad de 22 hectáreas, con el objetivo de ser el primer emprendedor kiwi completamente dedicado a la confección de cerámica. El entramado de vías servía para transportar madera y arcilla de vuelta a la base, donde se confeccionaba la cerámica. Además la zona está llena de flora de distintos orígenes, haciendo más atractiva la visita. El ascenso se realiza en zig-zag, porqué nos pareció entender que Brickwell no conocía bien los límites de su finca e iba frenando cuando topaba con otras propiedades. Pasados unos cuantos años, el banco empezó a reclamarle el dinero con el que había comprado la propiedad y es entonces cuando se abrió el recinto al público para poder ingresar lo necesario para re-pagar al banco. La visita es muy entretenida y el guía tiene un magnífico sentido del humor, si tenéis buen nivel de inglés. Sino, ¡a disfrutar de las vistas y la experiencia!









Tras bajar del trenecito, hemos arrancado hacia la ruta 309 que utilizaremos para volver a la costa este de la isla. Nos han comentado que el camino estaba poblado de puntos de interés en los que se podía hacer trekking o bien parar para hacer un par de fotos, así que hemos intentado irlos buscando poco a poco. Por las notas que hemos tomado los puntos son los siguientes:

- Stuart and the Pigs (al inicio)
- Waterworks (Km 4.7)
- Castle Rock (Km 5.0)
- Waian Falls (Km 7.5)
- Kauri Grove (Km 8.0)

De entrada hemos planificado parar en el máximo de paradas posible, pero luego se nos han complicado las cosas. Me explico. Inicialmente hemos parado en la parade de Stuart y sus cerdos (Stuart and the Pigs) porqué el paisaje era entrañable. La piara se encuentra en medio de una explanada con montañas alrededor, cercana a paneles de abejas y adornada con vehículos que ya han pasado a mejor día. El paraje está lleno de gorrinos grandes y pequeños y algún otro animal que convive con los mismos. Todos se pueden y se dejan tocar. Después de hacer alguna foto se ha dado la escena divertida, y es que una familia ha llegado y -absolutamente- todos los cerdos se han levantado de sus siestas matutinas para irles a saludar. Parece ser que el motivo es que venían de pescar y echaban un hedor espectacular a pescado, porqué la familia era la primera vez que venía a la zona. ¡Surrealista! Después hemos ido directos a Castle Rock (Waterworks parecía un parque infantil). Nos hemos embarcado en el trekking sin saber bien bien cuanto duraría la caminata, pero con esperanzas de que fuera menos de 30 minutos. Pues bien, una hora después hemos llegado a la base de Castle Rock, una montaña enorme, y hemos visto que se podía subir al pico, pero no disponíamos ni del tiempo ni -sobretodo- de la equipación para realizar el ascenso. Así que hemos bajado todo lo rápido que nos han permitido las piernas rumbo a las Waian Falls. Esta pequeña cascada tiene un acceso inferior (donde desemboca la cascada) y un acceso superior (donde arranca la cascada). Nosotros hemos optado por lo segundo. Es una bonita y rápida parada en este caso, así que muy recomendable.







Llegados a este punto el tiempo había pasado más rápido de lo que nosotros habíamos estimado, por lo que hemos puesto la marcha directa a Haihei y la Cathedral Cove. Si venís es importante que miréis bien el estado de la marea de cara a poder bajar a la plata y visitar bien la cueva -en nuestro caso esto implicaba llegar más tarde de las 3-. También debéis tener en cuenta que el parking solo tiene 20 ó 30 plazas y que si no conseguís un espacio tenéis dos opciones: bajar al parking de Haihei y esperar al shuttle, que tarda y es de pago, o bien pagar a algún vecina de los que publicita que su parking está en alquiler. Nosotros hemos sido muy afortunados y hemos encontrado un espacio en el parking principal. Para ver las cuevas se tiene que caminar unos 45 minutos hasta la playa y, una vez allí, hay diversos puntos de interés a capturar. Noemí y yo nos hemos caminado toda la playa y hemos hecho un par de fotos originales en la cueva que se haya al fondo de Cathedral Cove. Comentar que nosotros no hemos optado por esta alternativa, pero es posible visitar el monumento paisajista con barco, teniendo acceso a otras cuevas donde sólo se puede llegar con una barca y vía mar.












La última parada del día ha sido Hot Water Beach. Esta playa es conocida por sus piscinas de agua caliente natural, que los turistas o locales pueden crear artificialmente cavando un hoyo en el suelo (tamaño personas/s). ¿Y por qué ocurre esto? Dos kilómetros bajo la playa se encuentra una reserva de agua y rocas calientes, derivados de la actividad volcánica que asolaba la isla hace 5-9 millones de años. La verdad es que nos ha sorprendido ver que casi todo el mundo que caminaba hacia la playa llevaba una pala en la mano, pero luego hemos visto que es estrictamente necesaria para poder hacerte un agujero en condiciones. Habiendo hecho los fotos y habiendo comprobado que las 'piscinas naturales' estaban calientes nos hemos retirado al hotel, puesto que el agua se enfría rápido y las charcas vacías estaban frías, y no llevábamos pala alguna. ¡Tenedlo en cuenta!). Otro dato importante a conocer es que hay dos springs (Maori y Orua) y que sólo están accesible unas dos horas al día, cuando la marea es baja (en nuestro caso vinimos pasadas las 5).




Con los deberes hechos se nos ha antojado remontar hacia el Norte para visitar las playas recomendadas por la propietaria del hotel, pero por querer atajar demasiado hemos acabado en un tramo donde la única opción de cruce era coger un ferry, cosa que no hemos hecho. Por este motivo hemos dado algo de vuelta y hemos decidido ir directos a cenar al restaurante que nos recomendaron, Luke's Kitchen, aprovechando que es viernes y que hay espectáculo musical. Hemos tenido mucha suerte por dos motivos:

(1) La comida estaba sencillamente riquísima. Hemos comido un plato de mejillones al curry y coco que estaba espectacular y una pizza que nos han recomendado -puesto que tienen horno- y que es de lo mejor que hemos probado en el viaje. También disponían de cervezas artesanas que no hemos dudado en probar. La animación posterior con un grupo de música tocando en directo ha sido el colofón.

(2) Las nubes que nos han acompañado todo el día se han ido dando paso a un maravilloso atardecer, que ha hecho las delicias de turistas y locales, que hemos corrido rápidamente a la playa a capturar el momento. He oído en más de una ocasión que era una de las mejores puestas de sol que se recodaban.






¿y con esto terminamos el día! Última noche en Kuaotunu y mañana... ¡nos espera partido de Rugby! ¡Y de los buenos!

2 comentarios:

  1. Todavía no he leído vuestra experiencia de hoy, con las fotos me he quedado atónita ❤️😍😊🌅 maravilla!!!
    Puedo copiarme las fotos de los atardeceres?
    Voy a trabajar un rato y luego lo leo.
    Besos. Montse

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  2. al ver las fotos, antes e leer tus comentarios, pense q eran jabalis. Ahora pienso q son cerdos pata negra 🚰😊

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