¡Buenos días!
Hoy nos toca madrugar para coger un avión entre islas, ¡de Moorea a Bora Bora! Nos inquieta Bora Bora porqué es la isla más turística y la que más renombre tiene. El hotel y las actividades prometen así que... ¡muchas ganas de llegar! Tras un buen desayuno hemos hecho esperar al conductor de autobús que nos llevaba al aeropuerto por honrados. Sí, habéis leído bien. Habiendo llegado antes a recepción hemos visto un gazapo en la factura, ¡se habían dejado el buceo! Así que hemos avisado y... ¡craso error! Quince minutos extra para arreglar el papeleo. Pero el conductor allí estaba, sonriente, al ritmo isleño, sin ningún ápice de nervios. ¡Se nota que estamos donde estamos!
Una vez en el aeropuerto hemos corrido para hacer check-in los primeros. ¿Por qué si se trata de un avión pequeño y un trayecto que normalmente no llena? Pues bien: cuando se va de Moorea a Bora Bora tienes que conseguir sí o sí sentarte a la izquierda para ver bien la isla desde el cielo. ¡Y los tickets del avión no van numerados! Así que es importante conseguir la pole position del embarque si uno quiere llevarse un buen recuerdo del trayecto. Y lo gracioso es que algunos de los que han embarcado primero no lo sabían y se han sentado a la izquierda... ¡no sabíamos si avisarles! (no lo hemos hecho). Por desgracia aunque estábamos bien sentados el trayecto estaba algo nublado, ¡pero hemos sacado algunas buenas fotos!
Del aeropuerto nos hemos dirigido al hotel (Pearl Beach Resort), ¡donde nos espera un bungalow "overwater"! Se trata de un buen hotel pero sin pretensiones, aunque como nos pasaremos todo el día fuera tampoco aprovecharemos mucho las instalaciones... a partir de mañana. ¿Y porqué hoy sí? Porqué ha caído el diluvio universal en Bora Bora desde poco después de llegar a la habitación, por lo que mientras Noe se dedicaba a emparejar animales (perdón por el chiste) yo he reservado un par de masajes en el Spa. Y ha sido el plan de lluvia perfecto. La contrapartida es que no hay mucho que explicar para el blog, más allá de que Noe casi hace desaparecer el pareo que le habían dado para taparse mientras esperaba (nótese el casi) y que yo me he hecho amigo de todos los cangrejos del lugar (¡que no son pocos!).
Así que nos hemos dedicado a descansar, a hacernos fotos cuando la lluvia decidía tomarse un 'break', a cenar en el hotel y a adelantar blog... ¡por eso hoy cubro dos días! El objetivo del día siguiente era uno y sólo uno... ¡bucear! Después de re-inaugurar la jornada de buceo en Moorea, nos esperaban tres descensos a las profundidades de Bora Bora. ¡No se puede pedir más!
¡Avancemos un día más! La empresa de buceo (Eleuthera Diving Center) nos ha pasado a recoger alrededor de las ocho por el embarcadero del hotel. Lo que no esperábamos es que tal cual nos hemos subido a la barca, nos hicieran vestirnos inmediatamente para empezar la actividad. ¡No han pasado ni 15 minutos! El primer descenso ha sido suave. Nos ha tocado un grandísimo monitor (Max) pero la pareja con la que íbamos era inexperta y se había certificado en un lago, por lo que hemos perdido bastante tiempo en el descenso y no hemos visto mucho más que suelo marino, alguna tortuga y algún pez característico (como el pez trompeta). Además el chico se ha fundido el depósito de aire en medio trayecto, por lo que se ha pasado la otra mitad pegado al tanque del dive master. Pero la segunda inmersión prometía más. Y es que el objetivo del segundo descenso era avistar rayas águila (eagle spotted rays). Esta vez le han dado una botella de oxígeno mucho más grande a la pareja que nos acompañaba para evitar sustos, y rápidamente hemos bajado a las profundidades de nuevo. Las rayas águila suelen frecuentar un punto en particular donde se dejan llevar por la corriente... ¡y allí estaban! Para que no se asusten hemos tenido que escondernos tras las rocas y "reptar" un poco hasta tenerlas a tiro de cámara, para luego irlas siguiendo. ¡Ha sido toda una experiencia! También hemos visto alguna morena y por fin he aprendido a controlar la nueva GoPro y las luces de buceo. ¡Ya era hora! Luego hemos tenido un pequeño susto porqué se me ha ocurrido volver a lanzarme al mar sin equipo pero sin sacarme los pesos (que al ser botellas de aluminio no eran pocos) y entre el peso y que no estoy en forma me ha costado un poco volver,... ¡incluso Noe ha hecho un poco de socorrista! (la he usado de boya porqué ella aún flotaba con todo el equipo, pero le he sacado una aleta sin querer y luego me ha tocado ir a buscarla, jejeje)
Con dos inmersiones a las espaldas los monitores se debían un descanso y nosotros estábamos famélicos, por lo que nos han llevado a la caseta que estaba en la playa más sureña de la isla de Bora Bora. En principio teníamos tiempo para comer (1h30m) pero el único restaurante cercano estaba a media playa y no estaban muy acostumbrados a tener demasiada gente, por lo que nos han atendido MUY lentamente. Eso sí, hemos comido bien (arroz crudo con salsa de coco y un 'croque madame') y bien de precio. Al volver nos han dicho que la tercera y última inmersión la haríamos con Manuel, puesto que Max tenía que dar un curso de open water (también con nosotros). Manu también era francés, puesto que como ya comentábamos ayer todos los monitores lo son por "regulaciones francesas". Nos comentó que vivir en Bora Bora era una vida muy tranquila puesto que no hay demasiado que hacer en tierra firme, pero que a él le gustaba este estilo vida -aunque reconocía que no esta hecha para todos-.
El objetivo del último descenso era buscar mantas, que en Bora Bora pueden alcanzar los 10 metros. ¡Pero no hemos tenido suerte! Aunque nos hemos pasado más de 50 minutos buscándolas bajo el agua, no nos ha sido posible encontrarlas. Dicho esto el buceo ha sido entretenido y lo malo ha sido que al salir estaba diluviando de nuevo. Así que bien tapados con todo lo que hemos encontrado nos han devuelto al hotel, cerrando la experiencia con la foto de rigor con nuestro nuevo monitor.
Por la noche hemos visitado el Sushi Bar del hotel, donde también trabajan a ritmo isleño y donde el sushi era bueno, pero demasiado caro (como todo por aquí). En la mesa de al lado hemos tenido el gusto de presenciar una velada donde el varón se ha pasado media cena durmiendo a cascoporro. ¡Hemos estado por despertarle nosotros! Y con esto termina el día. Mañana tenemos una excursión sorpresa, ¡pero lo que sí sé es que veremos de nuevo tiburones y más rayas!
¡Un abrazo a todos y gracias por seguirnos!
Hoy nos toca madrugar para coger un avión entre islas, ¡de Moorea a Bora Bora! Nos inquieta Bora Bora porqué es la isla más turística y la que más renombre tiene. El hotel y las actividades prometen así que... ¡muchas ganas de llegar! Tras un buen desayuno hemos hecho esperar al conductor de autobús que nos llevaba al aeropuerto por honrados. Sí, habéis leído bien. Habiendo llegado antes a recepción hemos visto un gazapo en la factura, ¡se habían dejado el buceo! Así que hemos avisado y... ¡craso error! Quince minutos extra para arreglar el papeleo. Pero el conductor allí estaba, sonriente, al ritmo isleño, sin ningún ápice de nervios. ¡Se nota que estamos donde estamos!
Una vez en el aeropuerto hemos corrido para hacer check-in los primeros. ¿Por qué si se trata de un avión pequeño y un trayecto que normalmente no llena? Pues bien: cuando se va de Moorea a Bora Bora tienes que conseguir sí o sí sentarte a la izquierda para ver bien la isla desde el cielo. ¡Y los tickets del avión no van numerados! Así que es importante conseguir la pole position del embarque si uno quiere llevarse un buen recuerdo del trayecto. Y lo gracioso es que algunos de los que han embarcado primero no lo sabían y se han sentado a la izquierda... ¡no sabíamos si avisarles! (no lo hemos hecho). Por desgracia aunque estábamos bien sentados el trayecto estaba algo nublado, ¡pero hemos sacado algunas buenas fotos!
Del aeropuerto nos hemos dirigido al hotel (Pearl Beach Resort), ¡donde nos espera un bungalow "overwater"! Se trata de un buen hotel pero sin pretensiones, aunque como nos pasaremos todo el día fuera tampoco aprovecharemos mucho las instalaciones... a partir de mañana. ¿Y porqué hoy sí? Porqué ha caído el diluvio universal en Bora Bora desde poco después de llegar a la habitación, por lo que mientras Noe se dedicaba a emparejar animales (perdón por el chiste) yo he reservado un par de masajes en el Spa. Y ha sido el plan de lluvia perfecto. La contrapartida es que no hay mucho que explicar para el blog, más allá de que Noe casi hace desaparecer el pareo que le habían dado para taparse mientras esperaba (nótese el casi) y que yo me he hecho amigo de todos los cangrejos del lugar (¡que no son pocos!).
Así que nos hemos dedicado a descansar, a hacernos fotos cuando la lluvia decidía tomarse un 'break', a cenar en el hotel y a adelantar blog... ¡por eso hoy cubro dos días! El objetivo del día siguiente era uno y sólo uno... ¡bucear! Después de re-inaugurar la jornada de buceo en Moorea, nos esperaban tres descensos a las profundidades de Bora Bora. ¡No se puede pedir más!
¡Avancemos un día más! La empresa de buceo (Eleuthera Diving Center) nos ha pasado a recoger alrededor de las ocho por el embarcadero del hotel. Lo que no esperábamos es que tal cual nos hemos subido a la barca, nos hicieran vestirnos inmediatamente para empezar la actividad. ¡No han pasado ni 15 minutos! El primer descenso ha sido suave. Nos ha tocado un grandísimo monitor (Max) pero la pareja con la que íbamos era inexperta y se había certificado en un lago, por lo que hemos perdido bastante tiempo en el descenso y no hemos visto mucho más que suelo marino, alguna tortuga y algún pez característico (como el pez trompeta). Además el chico se ha fundido el depósito de aire en medio trayecto, por lo que se ha pasado la otra mitad pegado al tanque del dive master. Pero la segunda inmersión prometía más. Y es que el objetivo del segundo descenso era avistar rayas águila (eagle spotted rays). Esta vez le han dado una botella de oxígeno mucho más grande a la pareja que nos acompañaba para evitar sustos, y rápidamente hemos bajado a las profundidades de nuevo. Las rayas águila suelen frecuentar un punto en particular donde se dejan llevar por la corriente... ¡y allí estaban! Para que no se asusten hemos tenido que escondernos tras las rocas y "reptar" un poco hasta tenerlas a tiro de cámara, para luego irlas siguiendo. ¡Ha sido toda una experiencia! También hemos visto alguna morena y por fin he aprendido a controlar la nueva GoPro y las luces de buceo. ¡Ya era hora! Luego hemos tenido un pequeño susto porqué se me ha ocurrido volver a lanzarme al mar sin equipo pero sin sacarme los pesos (que al ser botellas de aluminio no eran pocos) y entre el peso y que no estoy en forma me ha costado un poco volver,... ¡incluso Noe ha hecho un poco de socorrista! (la he usado de boya porqué ella aún flotaba con todo el equipo, pero le he sacado una aleta sin querer y luego me ha tocado ir a buscarla, jejeje)
El objetivo del último descenso era buscar mantas, que en Bora Bora pueden alcanzar los 10 metros. ¡Pero no hemos tenido suerte! Aunque nos hemos pasado más de 50 minutos buscándolas bajo el agua, no nos ha sido posible encontrarlas. Dicho esto el buceo ha sido entretenido y lo malo ha sido que al salir estaba diluviando de nuevo. Así que bien tapados con todo lo que hemos encontrado nos han devuelto al hotel, cerrando la experiencia con la foto de rigor con nuestro nuevo monitor.
(foto de la ventana donde tenemos acceso directo al mar y donde de noche podemos ver peces, mantas y tiburones...
¡con las flores que nos regalaron al llegar por encima! Sí, me salió la vena artística, jajaja)
¡Un abrazo a todos y gracias por seguirnos!
Buceabais mientras llovia? Dentro del agua no se nota q llueve arriba?
ResponderEliminardices q ibais con cuidado para no asustar las rayas águila, creo q jo me escondería de ellas por miedo! Jeje.
Q jornadas más intensas, cuantas cosas. menuda energía q tenéis.
La ventana al mar muy tierna, así sí q se puede disfrutar de la presencia de tiburones protegidos por el cristal. Además con las florecitas, queda muy relajante.
Jejeje, a los 20 metros bajo el agua el llover ni se nota, no. En el momento en que te cubre el agua la lluvia lo único que hace es adornar las fotos de la superficie del mar :
Eliminar¡Las rayas anguila no hacen nada de nada! De hecho se nos acercaban cual animal de compañía. La ventana al mar era un lujo, todo muy bonito :)
Si que es tierna esa ventanita , y las fotos de buceo sigo diciendo que son muy buenas y tu Noe espectacular
ResponderEliminar¡Gracias! Hay un montón hechas y tendré que editarlas bien pero han quedado bien. Compraremos un filtro rojo para GoPro para aguantar mejor les colores cálidos la próxima vez :)
Eliminar